domingo, 9 de diciembre de 2012

Tomates pelados.

Hoy, por primera vez en mi vida, he pelado un tomate.

La razón, mi madre llegó a casa después de todo el fin de semana fuera, y me pidió que "hiciera algo" asi que le dije "¿qué quieres cenar?" y me dijo "yo no tengo problemas con eso, tú dirás" y yo le respondí "pasta con salmón." y la salsa de dicha pasta se ve que lleva tomate frito (única versión del tomate que me gusta)

Y descubrí lo que se oculta tras esa piel tensa cual globo muy lleno de agua.
(...)

No soy un extraterrestre, he visto e incluso probado el tomate ya, en el colegio lo ponen a veces de acompañamiento, crudo y cortado, pero con piel, asi que el efecto simplemente no estaba ahí;
se puede decir que es la primera vez que he visto un tomate... sin piel (ok.)

Y lo que me acontecía entre las manos no era para nada lo que yo esperaba que fuese un tomate pelado.
Estaba fresco, pero no muy frío, era blando, pero no se hundía al hacer presión sosteniéndolo, estaba mojado, pero no chorreaba, era de un rojo mucho más rojo que la cáscara, y me parecía realmente algo totalmente distinto al tomate que había visto desde fuera, algo que incluso con frutas que dirías que cambian mucho más al pelarlas (una manzana, un plátano) no se me había ocurrido. Puede que esto sea porque es la primera vez que veo un tomate pelado y no lo tenía relacionado ya con el tomate, pero el caso es que así es.

Y tuve que pensar: "si el corazón fuera de una forma que no es la que tiene de veras -
si le pudiéramos dar la forma que fuese sin tener en cuenta lo funcional que tiene que ser -
yo diría que un tomate pelado se parece bastante a lo que yo pensaría que debe de ser un corazón sin haberlo visto nunca."

Supongo que la próxima vez que tenga un tomate pelado en las manos le preguntaré a alguien si le parece lo mismo que a mí.

w.


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